domingo, 18 de diciembre de 2011

SOBRE LA OFENSA Y EL PERDÓN


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“Las PERSONAS somos seres imperfectos; la debilidad es inherente a la condición humana”.

¿Qué se entiende por Ofensa (acción y efecto de ofender)?

Según la definición más común y extendida viene a decir: “Humillar o herir el amor propio o la dignidad de alguien, o ponerlo en evidencia con palabras o con hechos”. (R.A.E.)

La propia definición, en sí, parte de un planteamiento viciado o subjetivista, me explico: se siente herido o humillado el que supuestamente a recibido la ofensa… ¿Quién decide o dictamina que los hechos acaecidos o palabras vertidas son motivo de ofensa?... ¿El ofensor o el ofendido?...En estos casos tendría que haber una tercera PERSONA o instancia jurisdiccional para juzgar quien de las dos partes tiene la razón… 

¡Bueno!, partamos del supuesto que sí se ha podido producir esa teórica humillación…y, ¡para más inri!, quedando dentro del entorno privado de las dos PERSONAS implicadas en la más que delicada situación. 

Por lo tanto, centrémonos en el caso hipotético de un perjuicio causado por uno de los amigos hacia el otro; la AMISTAD tendría que salvaguardar las disputa pero acaba siendo, una vez más lamentablemente, la gran perjudicada: el fin de la misma. 

Habiéndose materializado la ruptura, de la misma, se puede optar por:

-Se da por finiquitada la AMISTAD, por ambas partes, y sin ningún tipo de replanteamiento a la hora de querer recuperarla; no hay voluntad explícita, ni implícita (dejar pasar el tiempo), de restablecer la relaciones interpersonales. 

-O, por el contrario, la loable posibilidad de reconstruir los puentes perdidos, mediante la acción del acercamiento por una de las partes; casi siempre por parte del supuesto “agresor”, mediante la solicitud de clemencia o perdón y la consecuente espera a la respuesta por parte del supuesto agraviado. En esta segunda posibilidad siempre tendremos que contar con la “colaboración” del susodicho agraviado. En caso de negativa, huelga decir que el esfuerzo por parte del interesado de querer recuperar la AMISTAD dilapidada, se acaba convirtiendo en una pérdida de tiempo y en una más que evidente frustración.


¿Qué se entiende por perdón?

Perdón, acción de perdonar, que, a su vez, proviene de las voces latinas per + donāre (dar, regalar).

Por lo tanto: perdonar consiste, en esencia, en que el indulgente, que aprecia haber padecido un ultraje, resuelve, bien a petición del agraviador o abiertamente, no sentir rencor hacia el ofensor o hacer concluir su irritación o cólera contra el mismo, desistiendo eventualmente a requerir una condena o redención, y optando por no tener en cuenta el escarnio en el futuro, de forma que las relaciones entre agraviador perdonado y agraviado perdonante no resulten afectadas.


Mecanismos del perdón

La labor de absolver comporta la existencia de los subsecuentes escenarios o sucesos:

a) Presencia de un perjuicio de cualquier tipo.
b) Ser consciente (o sabedor) de la ofensa por el ofendido, por la "confesión" del propio ofensor o por otros medios.
c) El mancillado por el insulto se siente insultado.
d) Se altera gravemente el talante del agredido hacia el agresor (rencor, inquina, odio y una clara intención de ignorarlo, procurándole el vacío más absoluto,…etc.).
e) Posible conocimiento por parte del ofensor de la afectación de las relaciones entre ofensor y ofendido.
f) Posiblemente el ofensor siente y/o manifiesta su vergüenza y/o arrepentimiento.
g) Posiblemente el ofensor asume su culpa y/o solicita el perdón.
h) El humillado otorga la indulgencia, plena o parcial, condicional o no.
i) Y, por último, se restaura de una forma más o menos completa, o parcial, las relaciones entre ofendido y ofensor.

La indulgencia no debe confundirse con el olvido del ultraje recibido. Quien la olvida no absuelve, pues no se ampara en una decisión de absolución. Nada tiene que perdonar quien no se siente ofendido por lo que otras PERSONAS considerarían una ofensa.

Toda acción de perdonar se contempla, principalmente, desde bases o pensamientos religioso-moralizantes. En la base de las principales religiones universales se recomienda encarecidamente el perdón:

1) Perdona a tus semejantes.
2) Solicitar clemencia por los perjuicios a los demás.
3) E implorar la indulgencia divina de los pecados, tan qué no, apreciar resentimiento por los castigos o designios divinos, eventualmente crueles o incomprensibles para los humanos.


Desde una visión cristiana

El Dios clemente está presente, y perdonarse los unos a los otros se considera un imperativo moral, pues el perdón a quienes nos ofenden y nos odian es uno de los mayores ejemplos de amor al prójimo.

“Perdónanos nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a nuestros ofensores. Y no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal... Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, vuestro Padre celestial también os perdonará a vosotros”. (Mateo 6:12-14)

“El amor tiene paciencia y es bondadoso. El amor no es celoso. El amor no es ostentoso, ni se hace arrogante. No es indecoroso, ni busca lo suyo propio. No se irrita, ni lleva cuentas del mal”. (1 Corintios 13:4-5)


Desde una perspectiva del Islam


El Islam dicta que Dios (Alah) es "el misericordioso", y principio original de todo perdón. El perdón usualmente exhorta a la contrición de quienes han de ser perdonados. Obedeciendo al tipo de error cometido, el perdón puede emanar simplemente de Dios, o del ofendido. En el supuesto de la indulgencia divina, la petición de tal indulgencia y el arrepentimiento es relevante; en el caso del perdón humano, es importante tanto perdonar como ser perdonado.


Desde una óptica Budista

El Budismo, como toda gran religión universalista y filosofía de vida, el perdón se forja como una experiencia para advertir tendencias dañinas que puedan trastornar nuestra felicidad mental.

El budismo asume que el conjunto de impresiones emocionales de odio y rencor dejan un efecto duradero en nuestro karma (destino del futuro, según la trayectoria vital en el pasado). De hecho, el budismo abre caminos de pensamiento positivo en su proceder con el fin obtener un estado de bienestar cuasi perfecto.

"En la contemplación de la ley kármica somos conscientes de que no hay razón para buscar venganza pero practicando el metta y el perdón, puesto que el agresor es, realmente, el más desafortunado de todos"

Cuando brota el odio, el enfoque budista asume un proceder sereno hacia su exculpación escudriñando el origen desde su génesis, este se centra en la cancelación de la amargura y la “estafa”, a través de la meditación adoptando con ella sentido de su naturaleza. El Budismo no asume por entero la realidad de las exaltaciones que hacen posible el perdón y los objetos de esas exaltaciones.


"Si no perdonamos, continuamos creando una identidad alrededor de nuestro dolor, y esta es la que renace continuamente, ésta es la que sufre."


Como complemento a este artículo recomiendo las siguientes lecturas, también, del propio autor:

SOBRE LA AMISTAD

SOBRE LA ÉTICA

SOBRE LA NOBLEZA DE ESPÍRITU

SOBRE LA HONESTIDAD

SOBRE LA INCOHERENCIA DEL HOMBRE RESPECTO A SI MISMO (SU IMAGEN VS SU REALIDAD), O COMO (NO) HACER PARA QUE EL ESPEJO NOS SIGA ENGAÑANDO



“La grandeza humana de la PERSONA ofendida se demuestra perdonando al que le causó la ofensa”.


Santiago Peña


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viernes, 9 de diciembre de 2011

SOBRE LA OBTENCIÓN DE LA VERDAD A TRAVÉS DEL PROPIO PENSAMIENTO Y DE LA CONVICCIÓN


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El alegato de una creencia como indiscutible sería un conocimiento evidente.

La evidencia se podría definir como un juicio que surge intuitivamente de tal cualidad que podemos aseverar la validez de su contenido, como verídico, con convicción y sin vacilación.

A partir de estas dos definiciones del problema, como introducción a la cuestión en sí, diferencío, taxativamente, dos tipos de “verdades”; las dos generadas por mentes pensantes pero con dos ópticas, en sus génesis, diametralmente opuestas. Paso a exponer los dos enunciados:

-Una verdad alcanzada, siendo razonada mediante la lógica y contrastada a través de los hechos.

-Otra verdad obtenida, simplemente, a través de la fe y de la convicción en uno mismo.

¿CUÁL DE LAS DOS DEBERÍA SER MÁS VERDADERA RESPECTO DE LA OTRA?

Nota: Para que no haya dudas, sobre la segunda “verdad”, descartaremos la fe dogmática (basada en una religión o en la opinión de una tercera persona) y partiremos de una base ética total.


Santiago Peña 


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domingo, 4 de diciembre de 2011

SOBRE LA AMISTAD


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 No podemos exigir la perfección en los demás cuando uno carece de ella

El rasgo distintivo de la PERSONA es su humanidad. Somos imperfectos porque somos humanos; somos humanos gracias a nuestra imperfección. El pretender proyectar nuestras frustraciones, como seres imperfectos, hacia el otro y cuando no hace o dice lo que “se le exige” de él decimos, o pensamos, que no es “digno” de nuestra AMISTAD. En la cuneta de las carreteras están llenas de amistades frustradas y abortadas...

¡Estoy cansado de dejar bellas AMISTADES por el camino! ¿no será que la AMISTAD te ha abandonado a ti? Los árboles, para que nos brinden hermosos y exquisitos frutos, es preciso: cuidarlos, podarlos, abonarlos, mimarlos, amarlos… La AMISTAD es exactamente igual. 


Siempre lo he manifestado y lo mantengo: en esta vida lo importante no es tal o cual PERSONA (como elemento social único), si no la AMISTAD que podamos compartir con ella.



¿Qué es la AMISTAD?


“Es un afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato” (DRAE).


La AMISTAD (del latín amicus; amigo, que deriva de amore, amar) es una conexión de apego entre dos o más PERSONAS. La AMISTAD es una de las relaciones interpersonales más frecuentes que la mayoría de los individuos poseen a lo largo de toda su trayectoria vital.

La AMISTAD se da en diferentes niveles de la vida y en heterogéneos grados de categorías y consecuencias. La AMISTAD brota espontáneamente cuando las PERSONAS hayan inquietudes comunes, aficiones, pensamientos… Hay AMISTADES que germinan a los pocos minutos de interaccionar y otras que tardan años en materializarse. La AMISTAD VERDADERA será para toda la vida; me atrevería a aseverar, incluso, que va más allá del final de la existencia de una de las partes. El recuerdo imperecedero es el resultado.

La AMISTAD, junto con la imperfección intrínseca del ser humano, es el hecho fundamental que hace a la PERSONA un ser social. Si no hay, como mínimo, dos seres que compartan una AMISTAD, por si misma, no tiene razón de existir.

Habría que hacer una observación que, en la mayoría de las veces, nos olvidamos: Nuestro primer gran amigo somos nosotros mismos. Si no sabes amarte, difícil lo tendrás para poder amar a los demás (AMARE = AMISTAD).


La AMISTAD significa o implica:

-Aceptar al otro como es; no buscar cambiarlo. Si fuese preciso, adaptémonos nosotros a él ¡eso sí! sin renunciar a nuestra esencia.

-Solidaridad; ayuda desinteresada. “Hoy por ti, mañana por mí”. 

-No exijas al otro de lo que tú careces.

-Ayudarlo (acompañarlo) en el camino para su perfección como PERSONA.

-Paciencia infinita.

-Comprensión hasta la extenuación.

-Procúrale la mayor felicidad posible sin esperar nada a cambio; tu felicidad se halla en su felicidad.

-Siempre escúchale; no interrumpas su ritmo de expresividad. No sabemos escuchar; la mayoría de las AMISTADES se arruinan por nuestra incapacidad manifiesta en no “querer escuchar”. Los monólogos no llevan a ningún camino y el fracaso está garantizado.

-Empatía; intenta entender su reacción ante situaciones no esperadas. Analízalas porque se han producido, no sea que tú seas el principal causante de la misma. Si la procedencia fuese ajena a la AMISTAD, vuélcate en ayudarlo -¡SIEMPRE!- Te lo agradecerá; vale la pena.

-La comunicación debe fluir en ambos sentidos; canales totalmente abiertos y sin restricciones. Ante una posible situación de saturación, en la comunicación, no insistas; permítele momentos para la reflexión y, si fuese preciso, debes dejar que se equivoque. Más vale una AMISTAD que ha errado, que una AMISTAD censurada. En este caso nunca llegará a saber si se habría equivocado o no. 

-Confianza plena, total; no servilismo.

-En la autonomía se haya la verdadera AMISTAD. Salvaguardar áreas y ciertos momentos de un aparente distanciamiento no significa renunciar ella, sino todo lo contrario: preservarla. Somos individualidades; los espacios se deben respetar.

-La AMISTAD debe prevalecer por encima de egoísmos y particularidades.

-Respeta sus opiniones y su voluntad; no pretendas censurarle ni restringir su libertad. No intentes imponer tus criterios; estás despreciando los suyos.


“La imperfección de la PERSONA dignifica su humanidad”


Santiago Peña


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martes, 1 de noviembre de 2011

SOBRE LA CONCIENCIACIÓN (A MODO DE SINTESIS)


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Lo primero de todo, este post pretende ser un corolario, un resumen de lo que ha pretendido y pretende seguir siendo “PERSONAS”: un dinamizador de conciencias y faro para la renovación de Valores y Regeneración de la PERSONA.

Segundo, y último, no pretendo que acabe siendo un manifiesto de nada.


¿Qué significa Concienciación?

Si nos atenemos a la definición de lo que encarna el vocablo concienciar: hacer que alguien sea consciente de algo” (RAE). Nos viene a decir, más o menos: tomar conciencia o ser consciente de la situación que estamos viviendo y…

¿Seguimos cruzados de brazos, viendo como el mundo (la sociedad/civilización) se desmorona?

Esta sociedad globalizada (todo el orbe) ha tocado a su fin. Todas las lecturas marcan una clara tendencia al colapso (parada brusca sistémica) o, en el mejor de los casos posibles, una evolución hacia algo que no sabemos lo que es…

Todo, en esta vida, tiene un porqué. En estos momentos de incertidumbre y crisis, con una más que preocupante tendencia al fracaso (crisis que no ha prosperado) y provocada por una falta de Valores (corrupción generalizada, relativismo moral, cultura del pelotazo y obtención de dinero fácil a través de medios no muy recomendables), ha sobrevenido en una evidente herida existencial de carácter universal.

A partir de este desolador panorama te planteas muchas cosas, como la clara escisión que se produjo hace más de 2.000 años entre Ciencia y Espiritualidad: dos aspectos de una misma realidad.

Para el hombre precientíficó, el Cosmos era Todo Uno. Con el advenimiento de la Filosofía aristotélica, la Ciencia (Lógica, Matemáticas, Física y otras ciencias, hijas de las anteriores) se la dota del estatus de verdadero canal del conocimiento y único representante de cómo interpretar el Universo. La Espiritualidad se la relega como base para potenciar el hecho religioso a través de un sinfín de religiones, tantas como personas; el Hombre como animal religioso. La Mujer (como madre y representante legítima de la Madre Tierra) pierde el sagrado manto de la autoridad moral y se le confina a la condición de esposa y servidora; se pierde el nexo (no del todo) entre la Madre Tierra y su hija. La mujer es reconvertida (y confirmada por la religión oficial de turno) en "madre de” pero, en "autoridad de nada”.

La PERSONA es mente (razón) y espíritu (Alma). La razón, repito, nos dota de la lógica, el sentido común y los métodos de análisis científico para entender el mundo, pero,… ¡en parte! ¿Qué nos falta; de que carecemos? De la espiritualidad de la que renunciamos, pero,… ¡si la tenemos!... ¡Es verdad!...a medias ¿Está en igualdad de condiciones, que la ciencia, en nuestra vida social, profesional y académica? ¡No! Está estrictamente desterrada a entornos religiosos, movimientos esotéricos, corrientes paracientíficas y sectas de iluminados.

La reunificación de la razón, más la espiritualidad que todos, ¡todos!, llevamos dentro de nuestro ser, nos aportará el equilibrio y la armonía de la que actualmente no disfrutamos. Esta recombinación pendiente, junto con una recuperación de los Valores perdidos, nos situará en una nueva etapa evolutiva para poder afrontar los nuevos retos en los que ya estamos embarcados y, muchos de nosotros, ni nos hemos enterado (Durmientes Moribundos).


La PERSONA como eje de la civilización/sociedad

La sociedad está formada por individuos, por lo que, si queremos mejorar (o cambiar) la sociedad/civilización tendremos que mejorar a la PERSONA.

Primera premisa: tenemos que volver a confiar en la PERSONA y no en la sociedad.

Segunda premisa: la sociedad no evoluciona, evoluciona la PERSONA.

Tercera premisa: la recuperación/regeneración de la PERSONA como base fundamental para poder regenerar a la sociedad.

Y cuarta premisa: ¿tenemos la forma, el método para poder aplicar la tercera premisa?

La base primera de este conjunto de títulos deriva del artículo ¿ES PRIORITARIO RECUPERAR LOS VALORES? ¿SON NECESARIOS PARA LA REGENERACIÓN DE LA SOCIEDAD ACTUAL? La génesis de este artículo es anterior a la fecha de publicación del mismo en “PERSONAS – NUEVOS HORIZONTES” y fue fruto de un conjunto de aportaciones que hice en una red social de carácter profesional, en la que sigo participando de una forma más o menos esporádica. En el mencionado artículo esbozo a grandes rasgos puntos clave para la correcta recuperación de los valores perdidos.



Reforma del Sistema Educativo

Considero prioritario un Sistema Educativo de carácter universal (al igual que la salud) en que la calidad prime sobre la cantidad. Me explico:

1) Metodología pedagógica inspirada en el Humanismo Renacentista. Los estudiantes, desde primaria hasta los estudios medios-superiores, recibirán una formación integral en las que las asignaturas humanísticas (Filosofía, Ética, Moral, Historia de las Religiones, Historia Universal, Mitología,…etc.) gozarán de un peso específico acorde a su vital importancia y en igualdad de condiciones respecto a las asignaturas comunes o propias de la carrera o formación profesional (tenológicas, por ejemplo) que el alumno esté cursando.

2) Cultura del esfuerzo, sobre la simple presencia.

Y

3) Se recuperarán las asignaturas que potencien la espiritualidad de la PERSONA (Música, Pintura, Teatro, Poesía,…etc.) y que jamás deberían haber sido expulsadas del Sistema Educativo.


Reforma de los sistemas políticos

Las ideologías políticas, tal como las conocemos, no tienen ningún sentido; el mundo dividido entre derechas e izquierdas es una rémora del pasado para los nuevos tiempos que ya hemos empezado a caminar. La cultura del enfrentamiento entre clases sociales ha dejado de tener su razón de existir.

Por lo que propongo verdaderas democracias participativas:

1) Participación transversal; las sociedades se deberán gobernar desde la transversalidad como forma de entroncar. Algunos partidos políticos empiezan a aplicarlo con evidente éxito (“me siento integrado y formo parte de algo”).

Y

2) Gobiernos en femenino; se deberá gobernar desde la feminidad. La visión holística del mundo pertenece a la mujer. Sus estructuras mentales están mejor preparadas para las nuevas formas de vivir sabiendo enlazar perfectamente espiritualidad, intuición y razón.

 
La Mujer como Ser Autosuficiente

Humildemente, considero que la mujer es la culminación de la evolución humana y puerta de entrada a nuevos niveles de conciencia y espiritualidad.


Yo, varón, un espermatozoide pensante

Los hombres estamos obligados a evolucionar o pasaremos a ser simples machos reproductores y, en el peor de los casos, ni eso; los niños probeta son un ejemplo muy a tener en cuenta. Hemos pasado a ser emocional-dependientes de ellas; no estamos preparados para vivir en soledad. Se nos otorgó “de por vida” la autoridad conquistada (en tiempos pretéritos) por la fuerza bruta y ratificada por la lógica de los poderes terrenales y “espirituales”.


La individualidad dentro del todo

La PERSONA como ser único e irrepetible, debe recuperar (en la cultura occidental) y/o conquistar (en las orientales) su individualidad dentro de la comunidad /sociedad. Su individualidad es su dignidad. Y, a la vez, somos TODO y somos UNO; lo que le ocurra a un niño del Yemen nos afecta; no somos conscientes de ello pero es una evidencia. El hilo invisible que nos une a todos nosotros así lo atestigua.


Conclusión:

La Filosofía occidental, creada y desarrollada por hombres (machos dominantes), ha pretendido justificar permanentemente la ruptura mente / espíritu, de modo que, el vacío existencial estaba asegurado. Siempre ha sido el hombre el que se ha sentido huérfano en el infinito espacio tiempo (conceptos inventados por el mismo y súmmum de la paradoja existencial), la Mujer nunca. Pensarlo por un momento. La "matrem familiae" ha tenido que saber a vivir en soledad por lo que no perdió el lazo que la unía, y la sigue uniendo, a Gaia (la Madre Tierra). A los hombres nos criaron y formaron (con la complicidad activa de nuestras madres) para ser conquistadores y violadores de voluntades y tierras. Las guerras son voluntades no ganadas, no bienvenidas y, por consiguiente, no aceptadas.

Las rupturas de pareja y la fase más brutal: la agresividad, por parte del macho (no me atrevo a decir ni hombre), hacia la mujer del que se ve perdedor y herido de muerte en sus planteamientos vitales, es una asignatura vergonzosa y vergonzante pendiente de resolver. Este tipo de individuos son una especie que se extingue pero, como bestias acosadas, “se defienden” de la única manera que saben: matando. Como colofón a su locura la mayoría deciden suicidarse porque su debilidad manifiesta así les obliga. La naturaleza, una vez más, reinstaura la armonía perdida. 

La mujer, como punta de lanza de la nueva sociedad que está llegando reclama, legítimamente, su posición en el nuevo mundo.

La evolución del hombre junto con la presencia de la nueva mujer (todas vosotras) acontecerá o acontecido en el Despertar del Durmiente; mujeres y hombres todos juntos porque todos somos semejantes pero, no iguales.


Santiago Peña


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sábado, 29 de octubre de 2011

BASE HERMENÉUTICA DE LA NOVELA, DE MIGUEL DE CERVANTES, “DON QUIJOTE DE LA MANCHA”



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Don Quijote fue un solitario; encarnaba los ideales, trasnochados, de un Caballero.

Sancho fue un pragmático y con el sentido común de la época.

El uno y el otro fueron UNO; se repelían y se complementaban. Eran dos mundos y el mismo. Eran dos sabidurías incompletas que, al sumarlas, generaban al HOMBRE: al Sabio por excelencia.

“EL QUIJOTE” no fue una mera novela. Fue, entre otras muchas cosas, un Tratado del Hombre, de Sabiduría y de Alquimia especulativa (la Verdadera)…


Santiago Peña


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sábado, 22 de octubre de 2011

SOBRE EL RESPETO


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¿Qué concepto tienes de ti?

¿Te valoras como PERSONA?

¿Te respetas?

Si no te respetas difícilmente tendrás la capacidad de poder respetar a los demás.

El respeto es reconocer y entender, lo más fielmente posible, como son los demás; aceptar y comprender su forma de pensar a pesar que no sea igual que la nuestra, si bien según nosotros creamos que está errado; pero ¿quién puede asegurarlo? Porque puede estar bien los que están de acuerdo con nosotros y ¿si no lo están? Entonces podemos creer erróneamente que, ellos, actúan mal en su forma de pensar; pero ¿quién asegura que nosotros somos los portadores de la verdad? Nadie está en posesión de la verdad. La verdad se defiende por sí misma.

Hay que aprender a respetar y aceptar la forma de ser, y pensar, de los demás. Hay que ser tolerantes; la tolerancia como principio del respeto.

Yo, como PERSONA, tengo la obligación moral de respetar a todo lo que me rodea: la naturaleza, mis semejantes, animales, cosas y, por encima de todo, a uno mismo.

No somos más, ni menos. Somos PERSONAS y se nos debe valorar por lo que somos y no por quien seamos o tengamos.

Por un principio ético universal debemos aspirar a la verdad y al conocimiento armónico del universo. Por lo que deberíamos tender a ello y percibir que esta necesidad, y el cumplimiento de estos dos preceptos, tienen una sagrada obligación superior a nuestra vida con fecha de caducidad. No obstante, esta aspiración a adquirir conocimiento, con una más que evidente pretensión moral, debe venir acompañada por la pureza de la intención en sí misma.

Siendo la intención justa lo más excelso que en el universo existe, nuestros iguales deben ser tratados con respeto.

En definitiva, el respeto o reconocimiento, es la deferencia de alguien (o incluso algo) que posee un valor per sé y se establece una relación de reciprocidad: respeto y reconocimiento mutuo. Por lo que, la expresión en sí, se circunscribe a argumentaciones éticas y morales; el respeto, como concepto, es esgrimido cumplidamente en filosofía (moral), antropología, sociología y psicología.

El respeto en las relaciones interpersonales empieza en la PERSONA, en el reconocimiento de la misma como entidad única y que, a su vez, necesita comprender a la otra. O con otras palabras: saber valorar los intereses y necesidades de nuestro semejante. Y todo ello y sin menoscabo de mostrar un verdadero interés (sin egoísmos) por el otro, más allá de los deberes que puedan existir.

Idea fundamental del respeto o emancipación de las PERSONAS

Este fundamento se inspira en dos supuestos ético-morales que vienen a decir:

-En el primero que, el respeto por la emancipación del individuo, se sustenta esencialmente en el respeto de la capacidad que tienen las personas para su autonomía en relación con las determinadas opciones individuales de que disponen.

-Y en el segundo que, la protección del prójimo con carencias o mengua de su autodeterminación en el que se esboza y reclama que todas aquellas personas que sean frágiles o dependientes, resulten debidamente protegidas contra cualquier propósito de perjuicio o ilegalidad por parte de otras.

El respeto como virtud moral

El respeto también puede considerarse como punto medio entre dos extremos percibidos por exceso y por defecto.

Por defecto: implicaría sumisión, miedo, tanto de las personas que le rodean, como en referencia a objetos o situaciones que tiene que afrontar la PERSONA, produciendo situaciones de bloqueo a la hora de realizar determinados proyectos o metas; estaríamos hablando de los complejos de inferioridad.

Por exceso: la arbitrariedad desmedida de las metas preestablecidas para un correcto orden y trato de las personas o ambientes de cada individuo, lo que lleva a conflictos con los otros como también la imposición de límites y/o normas a fin de superar la crisis del abuso y restablecer el orden de los derechos de cada sujeto.

Una relación de equilibrio es una verdadera relación de respeto.



Santiago Peña



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domingo, 16 de octubre de 2011

DOS MEDITACIONES


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El Ave Fénix


En los periodos graves de crisis, las PERSONAS, necesitamos regenerarnos (renovarnos) para, sin perder nuestra esencia (los gestos tipo que nos identifican o elementos diferenciadores), volver a sentirnos fuertes, capaces, útiles y, sobre todo, ¡VIVOS!

En estos momentos, mi decadencia física es palpable; el “águila” (la fuerza del espíritu) hará el resto… ¡porque VIVO me siento!

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Las reflexiones filosóficas como concienciadora de almas

La lucha social no está reñida con las reflexiones filosóficas; es más, un pensamiento (una idea), puede inducir (o motivar) a la lucha sin cuartel en contra de las intemporales y flagrantes injusticias que nos infligimos los unos a los otros.
Está por llegar la nueva generación que todo la cambiará ¿Estamos dispuestos a salir de la letárgica situación en la que estamos instalados?

La cobardía es mala consejera pero, la libertad con los brazos abiertos, nos espera.

Hagamos el supremo esfuerzo de superarnos y vayamos a su encuentro: desnudos de envidias, males inconfesables, mentiras y rencores perpetuos.

La libertad, nos vestirá de la humanidad suprema.

La Libertad, como fin último de la Persona.


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Santiago Peña



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miércoles, 12 de octubre de 2011

TRES PENSAMIENTOS


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¿Qué ES LO REAL?

 

¿Desde la visión de quién o de qué?... Hay una única realidad, que no es la tuya, la mía, ni la de nadie y en el que espacio y tiempo pierden su significado; es la síntesis de la totalidad, única e inmanente:

Hay tantas realidades como infinitos puntos tiene el universo


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LA SOLEDAD (ACEPTADA POR PROPIA VOLUNTAD)


Es posible que, desde una interpretación física de la persona, la soledad la acabes asumiendo como fases de tu propio crecimiento; más silencios, más reflexión, más deseos de conocerte, de amarte, más paz interior...y, eso, se traduce en deseos de soledad, de una soledad armónica pero ¡soledad a fin de cuentas!

Al mismo tiempo, la propia visión de tu mundo transcendente, te hace sentirte más en comunicación con el resto de la humanidad:

El alma busca la soledad para poder estar con los demás


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El ALMA Y EL ESPÍRITU (PRINCIPIO Y MOTOR)

 

EL vacío (la nada) y la soledad son estados (o sensaciones) del ALMA.

Si partimos de la base que nuestra ALMA es perfecta, pasar de la nada (el vacío) a la plenitud (del ALMA) es una transición enteramente realizable, ya que es impulsada por la fuerza de nuestro espíritu. Éste será el encargado de elevarnos por encima de contratiempos y/o situaciones adversas y, una vez superados con el impulso adquirido, nos elevará a metas superiores:

Ésta es la auténtica demostración del individuo que, una vez regenerado, adquiere la condición de PERSONA en fase de maduración y se puede decir, sin lugar a dudas, que ha iniciado el CAMINO.


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Santiago Peña 

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sábado, 1 de octubre de 2011

APROXIMACIONES A LA SABIDURÍA / 2


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-La información la devoramos, la comunicación la gestionamos y el conocimiento lo atesoramos. La sabiduría no necesita de información, ni de comunicación, ni de conocimiento. Es, puramente, un estado… un fluir.

-La obscuridad es necesaria para poder encontrar la verdadera luz.

-La imaginación no conoce límites temporales ni terrenales; nosotros, ignorantes de todo, la castigamos, censuramos y mutilamos.

-El hacer “despertar al durmiente”, que llevamos dentro, depende exclusivamente de cada uno de nosotros.

-No nos damos cuenta que cada vez sabemos menos. Y cuando nos demos cuenta no sabremos nada.

-En el fondo del pozo de la ignorancia se encuentra la luz de la sabiduría.

-La comprensión no es aprendizaje si no vivencia.

-La luz siempre resurgirá de la oscuridad. El camino es el fluir. La luz nos guiará en el fluir de nuestro caminar.

-En el fluir de la vida no hay tiempos; el fluir es un estado mental. Por lo que nadie se obsesione en plantearse una meta temporal.

-La vida real nos marca. Qué no nos marque nuestra verdadera vida.

-Todos, en parte, somos “Guerreros de la Luz” pero, muchos, la tienen fundida.

-El camino, nuestro camino, lo hacemos nosotros mismos y nadie más.

-Siempre dudo, incluso de mi propia existencia. Por este motivo, en la duda, se aloja la verdad. 

-Las palabras, según quien las diga, pueden ser mágicas; como mágico será nuestro despertar.


Santiago Peñ


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