domingo, 13 de marzo de 2011

SOBRE LA TRANSCENDENCIA DEL HOMBRE


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Las PERSONAS somos seres transcendentes con un irrefrenable deseo de escapar de nuestra “realidad” física. Tendemos hacia la ensoñación, la imaginación, la abstracción… En definitiva, podríamos definirnos como materia viva espiritual y, por ende, poseedores de alma.


¿Qué es el ALMA?

Etimológicamente la palabra ALMA, del latín ánima, significa capacidad de moverse. Por lo que se atribuía esta cualidad a todo ser vivo (animales en general) que gozara de movimiento por sí mismo. Actualmente, a los vegetales, también se les atribuye esta condición por ser poseedores de vida, a pesar de que carezcan de movilidad.

En nuestra civilización/sociedad actual el materialismo nos asfixia, nos empequeñece y nos empobrece. Surgiendo, como reacción, un movimiento universal de recuperación, regeneración y reconquista del concepto LIBERTAD.

La LIBERTAD nace de la espiritualidad. No olvidemos que, como poseedores de ALMA, estamos en movimiento. El deseo de LIBERTAD (de movernos) nos empodera: actuamos, escapamos, huimos y tomamos “otros mundos” (otras realidades). Se reclaman otras existencias más armónicas con el entorno y se acuñan expresiones como “el mundo de la consciencia transcendente”: Somos TODOS y somos UNO.

La vida plena se adquiere el día en que, el ALMA se separa, para siempre, de nuestro envoltorio físico. A pesar de este gran impedimento, podemos llegar a aproximarnos a llevar una vida integra, virtuosa, de comportamiento ético y coherente.

La meta final: La perfección del ALMA...Lo físico (el límite) deja paso a la eternidad del ser (el infinito)...

De todo esto se infiere que necesitamos sentirnos PERSONAS y expandirnos hacia los demás, si no... ¿qué sentido tiene nuestra existencia? No obstante ¡repito!, la plenitud de la vida se alcanza al final de la misma.

La etapa del nuevo hombre (evolucionado) es transcender a sí mismo, exteriorizando todo lo verdaderamente humano de nuestro interior más íntimo (y más auténtico) en pos de metas superiores: La universalización del conocimiento y la conquista definitiva del bien común.


Santiago Peña


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