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Cuando una máquina esté capacitada para poder crear
arte, posiblemente, diremos que es inteligente. La generación espontanea de
aleatoriedad (emociones y contrariedades, que se dan en el día a día, en los
humanos) con el fin de provocar sentimientos y/o sensaciones de placer (o de
rechazo), será causa principal de creatividad artística. Por lo que, el arte,
es la puesta en práctica de creatividad ilógica y transcendente.
El robot que sea capaz de sintetizar todos estos factores
(aleatoriedad, autoconsciencia y capacidad de transcender), se podrá decir, sin
lugar a dudas, que es poseedor de una incuestionable inteligencia. El resto de
las variables clásicas de la computación (como un elemento más, pero no
determinante) se dan por hecho que, tanto
a nivel de hardware como de software, estarán, escrupulosamente, implementadas.
Por lo tanto: estas máquinas deberán estar preparadas
para poder autoreconectarse neuronalmente, en tiempo real, e ir reconfigurando,
permanentemente, la forma de interaccionar con el entorno. En síntesis:
actuaran de forma autónoma y en contra del determinismo (secuencias lógicas y
linéales). El libre albedrio,
patrimonio del ser humano, lo habrán "conquistado". Las máquinas serán
conscientes de su "libertad", como palomas volando
en el cielo. De igual manera, serán capaces de generar odio y amor
indistintamente,... "Las ovejas eléctricas", por
fin, soñarán...
Por todo ello, y bajo estas premisas, la "Ley
cero" y, subsidiariamente, "Las tres Leyes de la Robótica",
de Isaac Asimov, serán difícilmente aplicables. El arte (aleatoriedad) y el mal
están estrechamente entroncados. Siempre han existido, a lo largo de la historia,
grandes artistas, o amantes del arte, que, a su vez, han sido psicópatas y por
ende generadores del mal.
Habremos creado un "Adapa". En consecuencia: habrá que socializarlo y humanizarlo.
La "humanización" de las
máquinas será regla de obligado cumplimiento por el bien (egoísta) de la propia
humanidad. Ser más humanas que los propios humanos. No convirtamos monstruos,
si no máquinas "pseudoperfectas". En definitiva: mejores que nosotros. Si no
¿qué sentido tendría en diseñarlas y producirlas?
El sistema (conjunto de células, viablemente,
estructuradas) forma al individuo. ¡Fundemos al ser! Con estas dos afirmaciones
¿llegaremos, algún día, a conocer robots místicos? Se está en el camino de
desarrollar computadoras cuánticas; es posible que, ésta, sea la vía decisiva
para la obtención de Inteligencia Artificial.
Santiago Peña