domingo, 23 de mayo de 2021

SOBRE EL PRESENTE

 

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La Humanidad, a pesar de haber transcurrido más de 10.000 años (desde el fin de la Prehistoria, pasando por una Protohistoria escasamente documentada, hasta llegar a lo que enunciaríamos como Historia: orígenes de las primeras sociedades jerarquizadas y alfabetizadas), se sigue rigiendo por un substrato marcadamente religioso. En consecuencia: la PERSONA, por su propia esencia (Metafísica), es religiosa. Lo de menos es que, a día de hoy, se sienta anticlerical con el culto de turno o atea respecto a la otrora religión oficial. En sí, el anticlericalismo y/o el ateísmo (especialmente, dentro del mundo occidental), no dejan de ser las “nuevas religiones” a las que debemos respeto y consideración. 

 

La “zombificación ideológica”

Planteamientos sociológicos, de raíz, falsos por ser excluyentes, absolutistas y aberrantes, pero “bendecidos” y “oficializados”:

 

  • La “alquimia social”, o como se puede ser lo que uno desee o pretenda.
  • El sentir, como una “tolerable” deformación de la realidad.
  • La negación, a través de la artificialidad de las cosas, de la propia naturaleza a la que se pretende defender y potenciar.

 

Viendo lo que estamos viendo, y por todo ello, estas son las únicas “armas” posibles para poder combatir, con un mínimo de garantía de éxito, al postmodernismo y a todas sus heredadas consecuencias: El Espíritu de la PERSONA, La Lógica y el Sentido Común. Y… ¡no hay más!

 

Por consiguiente, son las propias contradicciones sistémicas del postmodernismo, las que nos brindan la plena capacidad de reacción; seguida de una firme y desacomplejada contestación. Y es así como la Espiritualidad, y su praxis en un Humanismo Renovado, no entiende de ideologías.
  

Solo se perciben Verdades absolutas y eternas;

La Verdad es una y no doscientas.

 

No es cuestión de “quitarte tú para ponerme yo”; dando el salto (y sin red) a un permanente vacío existencial; abrazando, por engaño o ensoñación, “nuevas religiones” que en nada nos benefician pero que sí nos envilecen.

 

¿Qué se puede hacer en el presente?

Teniendo en cuenta que “estamos de paso” (o en una permanente Transición), la gestión -¡y nada más que la recta, y honesta, gestión!- debería ser suficiente para una eficaz y sana dirección. En cambio, sobran políticos ineptos y, a la vez, deshonestos. Y faltan gestores valiosos e íntegros. Un gobierno eficiente no precisa de tutelas ideológicas ni de brillantina. Y, menos, de… ¡voceros de tres al cuarto! Empero, sí que se necesitan servidores públicos aplicando un verdadero reparto de los recursos. En suma: dignos administradores de una verídica Justicia Social.

Por esta Justa razón, la Humanidad demanda Humanismo y una renacida Fuerza de Espíritu; reconstituyendo naturalezas perdidas…

 

Voluntades desoladas y confundidas;

Sombras solitarias compartiendo el bullicio;

Soledades estafadas y en permanente sacrificio.

 

 

Y, es por ello que, la PERSONA

 

Es peregrina, sin desmallo, de la transversalidad;

Es atea indómita en una indestructible espiritualidad,

Fruto imperecedero de la Verdad Una y Universal.

 

 

En definitiva:

 

La Libertad se conquista viviendo en la Verdad y practicando una auténtica Justicia Social.

 

Santiago Peña

 

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