sábado, 20 de agosto de 2016

SOBRE LA ESENCIA DE LA PERSONA Y EL ARTE COMO SOPORTE DE SU REAFIRMACIÓN



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La PERSONA se hace por lo que hace. Un ser imperfecto (como somos todos nosotros) no puede hacer obras perfectas, pero sí maravillosas. La persona, en su pertinaz (e infructuoso) afán de perfección, transciende a través de sus obras.

La búsqueda (de algo; que no sabemos que es), es vacio a ocupar. La felicidad y la sabiduría suelen utilizar caminos aparentemente distintos pero, a la postre, iguales. ¿El fin? El mismo: Ser PERSONA. ¡Jamás lo olvidemos!

Aprender y evolucionar. Y siempre aprendiendo pero sin perder, ni por un momento, nuestra naturaleza. La persona mantiene una guerra sorda con el entorno; nos debemos a nuestra "esclavitud socializante", pero, invariablemente, recuperando nuestra genuina esencia.


¿Qué significación tiene el Arte para la PERSONA?

El Arte, dentro del conjunto, es la reafirmación del ser, de la PERSONA, de la colectividad, del grupo. Consecuentemente: de la comunidad. Al sentirnos como unidad de destino necesitamos confirmarnos a través de elementos comunes, como son: la lengua, la etnia, la música, las leyendas, los hábitos, las costumbres,...etc. En definitiva: somos "creadores" de una Tradición. Es decir: Desde la comunidad, armónicamente constituida, somos coparticipes de esa misma Tradición. Por todo ello: Somos individualidad, dentro de la comunidad, y, a la vez, somos la propia comunidad. Somos el pasado, el presente y, posiblemente, el futuro de esa misma entidad. Formamos parte de nuestra Tradición y seremos Tradición a través de la estela que vayamos a dejar en forma de vivencias y/o recuerdos (los más), y de obras literarias, pictóricas, o de cualquier otro tipo de creación (los menos).    

En síntesis: El Arte, como unidad existencial, es el deseo irrefrenable de Perennidad. No de inmortalidad, si no de Eternidad; de ser Eterno; de no ser olvidado; de no "desaparecer" para los demás. Al “crear” una obra de Arte nos estamos reivindicando; nos revelamos contra el fatal destino. Por lo tanto: nos estamos perpetuando a través de ella, de nuestra creatividad. Creamos para reivindicarnos, para revelarnos y para reafirmarnos como seres transcendentes, infinitos, inalterables y Eternos.


Santiago Peña


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