jueves, 11 de agosto de 2016

LA RENUNCIA COMO UN POSIBLE CAMINO HACIA LA PAZ


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El concurso de la materia deforma la realidad. La materia es transformación  y es corrupción. Por lo tanto: es prescindible, en la medida de lo posible. La materia consta, en una cierta proporción, de energía; ocupa un espacio y varía en el tiempo.  Por lo que: es perceptible y mensurable en el espacio/tiempo. Por ello: interacciona en la naturaleza, que nosotros creemos percibir, como un elemento más de la misma realidad. Es decir: la Realidad que percibimos es materia y nada más.

En cambio, el Pensamiento es creación, pero no muere; no se corrompe; la materia podríamos decir que sí. Mejor dicho (y como ya se ha expresado con anterioridad): simplemente se transforma. Por todo ello: El pensamiento surge, se crea, crece y jamás perece. El Pensamiento, como elemento no incorpóreo, es Luz; es abstracción y es la máxima expresión de lo humano, junto con el Amor y la Renuncia.

La Triada de la Excelsitud (Pensamiento, Amor y Renuncia) nos llevan, inexorablemente, al culmen de la existencia humana: La Paz.

Y no habrá Paz, en este mundo (y en los deseables venideros), mientras que:

  • Lo material subyugue al Pensamiento.

  • Sustentemos al Amor en el submundo de lo corruptible.

Y

  • Mantengamos "secuestrada" la Renuncia a una infinidad de cosas prescindibles.



Fruto de todo ello; el deseo es frustración, amargura, irritación y riesgo de una posible confrontación. El saber Renunciar es el camino hacia una anhelada Paz.


Pensamiento


El pensamiento es lo que nos diferencia del resto de los seres vivos. Debemos exigirnos pensamientos puros, honestos. Buscar la Verdad. Hablar y actuar, todo uno, desde la abstracción; jamás desde lo material, el egoísmo,  el cortoplacismo, la ocultación. El Pensamiento induce a la Autodisciplina, germen de la Renuncia.

 

Amor


El Amor es atracción hacia lo sublime. Es la "huida" desde el vacío hacia la Plenitud. A fin de cuentas, el Amor, siempre ha sido, es y será, Renuncia. El Amor es, a la vez, el bien concentrado en un punto (PERSONA, idea, animal, comunidad o cosa) y en todo el universo. El Amor lo abarca todo. Todo puede ser amado. ¡Todo! Sin exclusión. El Pensamiento sustentado en el Amor es la síntesis de todas las virtudes del ser. Por tanto, El Amor, es “generador” de Belleza. El que ama no ve fealdad, ve Virtud, porque él mismo es la propia Virtud. El ser que se eleva por encima de todos los demás no es Sabio por poseer multitud de conocimiento, es Sabio porque desprende Luz y porque es representación de la propia Luz.    


Renuncia


Renuncia es la abdicación a un supuesto derecho sin ningún tipo de contrapartida. Renuncia es la máxima expresión de lo humano, de respeto hacia los demás y, sobre todo, hacia uno mismo. De Amar, simplemente, por Amar. De Amar a cambio de nada. En la propia Renuncia: Todo él es Amor sin buscarlo, ni pretenderlo. Es Amor, porque da Amor sin esperar nada; porque nada busca y todo lo encuentra; porque nada sabe y todo lo alcanza. El no desear por el simple hecho de desear. La Renuncia es el no deseo. De aspirar a la Armonía por el bien común. Cuando se Renuncia a algo que verdaderamente amas, le estás otorgando el pasaporte hacia la Infinitud, hacia la Gloria, hacia la Libertad y hacia la Felicidad. Por lo tanto: Renuncia es Libertad en ambos sentidos. La necesidad (y no deseo) de aprender es para poder ser libres, libres para que cado uno de nosotros busque su propio camino.


Términos que deberían quedar desterrados en nuestro quehacer existencial:

Poder, envidiar, desear, imponer, aplastar, matar, odiar, juzgar, ofender, insultar, injuriar, maldecir, vengar, ocultar, zaherir, traicionar, maltratar, torturar, aborrecer, violar, conquistar, pisotear, plagiar, corromper, deshonrar, mentir, engañar,... Hay más, pero... suficientes. Todos ellos, antivalores, a extinguir.


El Amor es no desear,
El Amor es Amar por Amar,
El Amor es Renunciar,
El Amor es Caminar hacia la Paz.



Santiago Peña


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