lunes, 1 de abril de 2013

ACERCA DE LA VIRTUD


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Veritas enim non tacebo


La Virtud es una condición que reconoce a quien la ejerce, consistente en  tomar y conducir las sentencias correctas, en las circunstancias más difíciles, para permutarlas en su provecho. El virtuoso es el que está en la vía de alcanzar la Sapiencia, porque sabe cómo lograr sus metas sin perjudicar las de los demás, porque predispone a los otros a su vera y los lleva a merecer un objetivo distinto. Por lo que, el virtuoso, es el que «sabe avanzar en contra de los contratiempos». En síntesis: es una PERSONA que posee un número importante de cualidades y las desarrolla, en el día a día, de una forma natural.

Las virtudes se consideran cualidades verdaderas, y se contraponen a las desviaciones morales o vicios.

Destaquemos algunas de las más sobresalientes:

  • Sobre la Reverencia (Respeto) por toda vida: ésta se manifiesta como amor incondicional; respeto por uno mismo y por todos los demás seres vivientes.

  • Sobre la Tolerancia: Si no te inclinas te quebrarás; si te inclinas permanecerás.

  • Sobre la Sinceridad (natural): ésta se manifiesta como Honestidad, Sencillez y Lealtad. La coherencia de sus actos hacen honor a la PERSONA.

  • Sobre la Generosidad: es una actitud de ayuda; ésta se manifiesta como servicio a los demás sin expectativa de recompensa. Cuando no doy me siento vacío; cuando doy me siento lleno.

  • Sobre la Humildad: ésta se manifiesta como Bondad, consideración por los demás y Sensibilidad hacia la Verdad espiritual.


Esta suma de virtudes no constituye un dogma exógeno, sino que forman parte de nuestra naturaleza única, inmutable y transcendente. Cuando se practican, originan la Sabiduría y evocan las cinco dichas: Salud (mental), Riqueza (espiritual), Felicidad, Libertad y Paz.

La satisfacción, de una trayectoria vital plena (sin hacer distingos de ninguna índole), se encuentra en la práctica de la Virtud, sublime, y verdadero, poder que nos ha sido otorgado por el Universo: la Armonía con el COSMOS está garantizada.

El Valor es lo inmaterial, lo intangible y lo eterno. Nada tengo y todo lo poseo. La Virtud es el Camino; el Camino es la Virtud.

La Virtud se convierte en un “tabernáculo dorado” para el que la experimenta y para los que, indirectamente, “la disfrutan”.

El COSMOS como paradigma de la Virtud: no habla y actúa. La PERSONA es finita porque posee la consciencia de sí misma; el COSMOS es infinito porque no es consciente de su grandeza.

En definitiva, la Virtud, surge de la Sapiencia (Intelecto), el Valor (la Voluntad manifiesta del querer hacer) y el Autocontrol (templanza). A todas ellas tendríamos que complementarlas con la Justicia (Equidad hacia los demás).

Por lo que, la Virtud, se podría definir como: Conjunto de Valores infinitos e imperecederos.

Cuando conoces el cielo y la tierra, la Virtud es inagotable. Cuando todo lo conoces, y nada deseas, la Virtud, y la Sapiencia, son una misma cosa. La PERSONA Sabia no anhela más fortuna que la Virtud; el Sabio es Virtuoso por naturaleza.

En esta sobresaliente  figura confluyen la Libertad (de conciencia), la Paz (espiritual), la Armonía (del COSMOS) y, por encima de todo, el Filósofo: amante y buscador permanente de la Verdad.

No hay mayor conocimiento que la Verdad.


Santiago Peña


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