*
* *
Veritas enim non tacebo
La Virtud es una condición
que reconoce a quien la ejerce, consistente en tomar y conducir las sentencias correctas, en
las circunstancias más difíciles, para permutarlas en su provecho. El virtuoso
es el que está en la vía de alcanzar la Sapiencia, porque sabe cómo lograr sus
metas sin perjudicar las de los demás, porque predispone a los otros a su vera
y los lleva a merecer un objetivo distinto. Por lo que, el virtuoso, es el que
«sabe avanzar en contra de los contratiempos». En síntesis: es una PERSONA que posee
un número importante de cualidades y las desarrolla, en el día a día, de una
forma natural.
Las virtudes se consideran cualidades verdaderas,
y se contraponen a las desviaciones morales o vicios.
Destaquemos algunas de las más
sobresalientes:
- Sobre la Reverencia (Respeto) por toda vida: ésta se manifiesta como amor incondicional; respeto por uno mismo y por todos los demás seres vivientes.
- Sobre la Tolerancia: Si no te inclinas te quebrarás; si te inclinas permanecerás.
- Sobre la Sinceridad (natural): ésta se manifiesta como Honestidad, Sencillez y Lealtad. La coherencia de sus actos hacen honor a la PERSONA.
- Sobre la Generosidad: es una actitud de ayuda; ésta se manifiesta como servicio a los demás sin expectativa de recompensa. Cuando no doy me siento vacío; cuando doy me siento lleno.
- Sobre la Humildad: ésta se manifiesta como Bondad, consideración por los demás y Sensibilidad hacia la Verdad espiritual.
Esta suma de virtudes no constituye un
dogma exógeno, sino que forman parte de nuestra naturaleza única, inmutable y
transcendente. Cuando se practican, originan la Sabiduría y evocan las cinco dichas:
Salud (mental), Riqueza (espiritual), Felicidad, Libertad y Paz.
La satisfacción, de una trayectoria vital
plena (sin hacer distingos de ninguna índole), se encuentra en la práctica de
la Virtud, sublime, y verdadero,
poder que nos ha sido otorgado por el Universo: la Armonía con el COSMOS está garantizada.
El Valor es lo inmaterial, lo intangible y
lo eterno. Nada tengo y todo lo poseo. La Virtud
es el Camino; el Camino es la Virtud.
La Virtud se
convierte en un “tabernáculo dorado” para el que la experimenta y para los que,
indirectamente, “la disfrutan”.
El COSMOS como paradigma de la Virtud: no habla y actúa. La PERSONA es
finita porque posee la consciencia de sí misma; el COSMOS es infinito porque no
es consciente de su grandeza.
En definitiva, la Virtud, surge de la Sapiencia (Intelecto), el Valor (la Voluntad
manifiesta del querer hacer) y el Autocontrol (templanza). A todas ellas
tendríamos que complementarlas con la Justicia (Equidad hacia los demás).
Por lo que, la Virtud, se podría definir como: Conjunto de Valores infinitos e imperecederos.
Cuando conoces el cielo y la tierra, la Virtud es inagotable. Cuando todo lo
conoces, y nada deseas, la Virtud, y
la Sapiencia, son una misma cosa. La PERSONA Sabia no anhela más fortuna que la
Virtud; el Sabio es Virtuoso por
naturaleza.
En esta sobresaliente figura confluyen la Libertad (de conciencia),
la Paz (espiritual), la Armonía (del COSMOS) y, por encima de todo, el Filósofo:
amante y buscador permanente de la Verdad.
No
hay mayor conocimiento que la Verdad.
Santiago Peña
* * *
No hay comentarios:
Publicar un comentario