domingo, 3 de diciembre de 2023

EL CAOS, COMO UN TIPO DE ORDEN NO CONOCIDO

 
*      *      *

 

El Caos, como un "Nuevo Orden”: sin reglas, sin moral, sin ética y sin perdón. Ráfagas fugaces de ignominia y confusión. Ramalazos de sangre extracorpórea, sin tino ni son. Rayos asesinos, por extensión.

El Caos, se proyecta permanente, institucionalizado, legítimo, disimulado y en expansión. Sus “hijas” (la mentira, la infamia, la estulticia, la hipocresía y la humillación) se recrean; bañándose en la sangre de inocentes desclasados; abandonados por una humanidad inhumana, vulgar, pestilente, hipócrita y servil.

Caos: un nuevo orden se pretende, contumaz, único y, activamente, hostil. Un Caos dominante, excluyente. Se podría llegar a decir: que es el “Caos de los otros” (Imre Kertész). Es el Caos de los que, realmente, nos dominan y aplastan. Aplastados, transitamos de noche y de día. A las 7 de la mañana y a las 12 del mediodía. 

Morimos de espíritu; sucumbimos ante el ardor guerrero. La paz, una vez más, se extravió. -¿Algún día habitó?-...

Sacrílegos, los unos; bastardos lo otros: todos unos tiranos de unas vidas que no son suyas; ególatras, los dos. Caos, reinante; dueño de la situación. Cobardes melifluos. Torpes truhanes. Mezquinos encorbatados. Tramposos enseñoreados. Bestias inefables. Devoradores de almas mortecinas. Espíritus extenuados, antes del mismo comienzo. Apagados en sordinas luminiscentes. Fuegos fatuos. ¡Expiación!

Sociedades en descomposición; sin ningún tipo de interés en mejorar al ser humano, que llevamos todos dentro. Pero, sí, en preocuparnos en la constante mejora del resto de animales hermanos. Perros, y gatos, ¡más que ahijados! Todo un sinsentido y una pura traición. Una extrema traición a nosotros, a nuestro linaje y a nuestros ancestros. Con todo, nos lleva a la trágica situación de no asegurar nuestra propia descendencia. Por lo que, se da la real paradoja de tener “hijos” cuadrúpedos peludos; renunciando a la sagrada obligación de la perpetuación de la especie. Eso sí: con hijos no “cargaremos” pero… ¡nos iremos al carajo, rodeados de perros y gatos!

NOTA: Me encantan los perros y los gatos. Ellos no tienen la culpa.

 

Santiago Peña

 

*      *      *

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario