sábado, 17 de octubre de 2015

ACERCA DE LA MODERNIDAD


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La Modernidad, se dice que es una cualidad. Es decir: la cualidad de Moderno. ¿Qué entendemos por Moderno? Todo aquello que se desenvuelve en una (deseable) permanente actualidad ("aquello": puede ser desde una prenda de vestir, hasta una teoría científica). La ciencia no transforma: recrea los mimbres de un "falso" progreso. La Modernidad certifica su autoextinción, propia de su imposible perdurabilidad. Todo aquel que persista en vivir en la más actual Modernidad vagará en el laberinto de la Caducidad. No hay nada más anacrónico que intentar coexistir, falsamente, en una incesante Modernidad. Es lo pasajero; es la extinción asegurada en un viaje sin retorno; es el olvido; es lo momentáneo; es lo mediocre; es lo falso y es lo grosero. Son continentes; son embases fugazmente bellos pero, a la vez, efímeros.

Los llamados cambios sociales, destinados a un teórico progreso, son, en realidad, retrógrados (eufemísticamente llamados de la Modernidad); son la descarada contraposición de, lo que llamaríamos, la Cultura de la Tradición. Cualquier obra de arte, arquitectónica, musical, científica, literaria,...etc., pasará de lo perecedero, a lo Clásico si, realmente, ha logrado aportar, a lo largo del tiempo, un verdadero Contenido a la Humanidad. El Continente se degrada; el Contenido perdura. Lo "Antiguo" es lo más actual y, por lo tanto, el tiempo no cuenta. Por lo que transitamos en una permanente Actualidad. En cambio, la Modernidad es el deambular en una insoportable, y trivial, Caducidad.

Dentro de la llamada Perennidad, la Transformación es propio de Espíritus rebeldes, bellos, revolucionarios, íntegros, egregios; artífices de Potencialidades Perpetuas. El nutrirnos de las fuentes más ancestrales nos confiere el Conocimiento más puro del Universo. Discípulos sedientos de Amor; necesitados de Paz; buscadores irredentos del Saber; navegantes de la Eternidad. No existe lo Arcaico. A lo sumo: no poseemos el nexo para poder comprenderlo; las "herramientas" para poder extraer la esencia más pura del Primer Conocimiento. El reconocer a nuestros antepasados nos brindará la clave del Entendimiento y de la Luz.

El Saber Antiguo (o Clásico) no se extingue, motivado por su propia definición. Son referencias y fustes intactos de una Tradición;  que no conoce límites temporales. Permanece inalterado. Prueba de todo ello: El Entender; el Aceptar, es ponerse en la situación del otro; siempre con respeto y, evidente, Humildad.

La Eternidad es el Presente Continuo; es el permanente Conocimiento de la Realidad.

Seamos Virtuosos y seremos Eternos


Santiago Peña


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