domingo, 9 de agosto de 2015

RENUNCIAR A NUESTRA ESENCIA


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Renunciar a la Libertad ("a nuestra Esencia"); a la Libertad de ser uno mismo. No estamos preparados -ahora y, posiblemente, nunca- para vivir plenamente en Libertad. Preferimos sentirnos "protegidos", tanto a nivel material (el Estado), como a nivel espiritual (la Religión).

El miedo a lo desconocido, en sus múltiples facetas, nos hace ser dependientes de otros (héroes, señores de la guerra, caudillos, reyes, sacerdotes, líderes carismáticos, dictadores, gobiernos, imanes, instituciones, chamanes, emperadores, patriarcas y/o estados).

Por este, principal, motivo delegamos, y reconocemos, Autoridad en aquel que percibimos que está más, y mejor, preparado que el resto de nosotros...

El que aprecia que ostenta el Poder ejerce la Autoridad de una forma natural. Y, por encima de todo, se debería considerar libre pero... ¡No es así! ¿Por qué? Por el sentido de Responsabilidad.


Todos reclamamos Libertad, pero nadie la disfruta


El ejercicio de Autoridad,  por parte del "poderoso", conlleva obligaciones que, tanto los "protegidos" (tutelados) como los "protectores" (tutores), asumimos en su justa medida. Por lo tanto: todos nos sentimos protegidos, pero no libres, y, en casos extremos, esclavos...


La Libertad como culminación de la Humanidad; 
la seguridad nuestra trágica Realidad


Santiago Peña



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