domingo, 23 de enero de 2011

¿POR QUÉ SE TIENE MIEDO A LA AUTENTICIDAD?


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Con la autenticidad te estás mostrando tal como eres, con tus defectos y tus virtudes. Por un lado "pierdes" tu halo de misterio que todos nos gusta exhibir. Esa transparencia (realidad de uno mismo) hace que disipes interés (atracción) hacia los demás. Somos así: nos gusta que se nos oculten cosas, que no se nos diga toda la verdad...

Y por el otro lado ¡y la más importante!: en el momento que somos y nos expresamos como somos ¡Soy el que soy! tus “defensas” están inoperativas; no podemos ser auténticos y, a la vez, tener las “protecciones” activadas. Estaríamos entrando, como justamente pasa la mayoría de las veces, en una contradicción existencial. Uno de los principales desencadenantes de la esquizofrenia (aparte de su componente genético claramente demostrado a través de innumerables estudios clínicos) es motivado por la ruptura del yo social con el verdadero Yo.

La mayoría de las PERSONAS tenemos la capacidad de “jugar” de una forma equilibrada entre el yo representativo (con el que nos desenvolvemos social y profesionalmente) y nuestro Yo íntimo. Este Yo solamente lo exponemos y/o confiamos a PERSONAS que sabemos (o creemos saber) que no nos van a lastimar desde lo afectivosentimental. Por nuestras características ontológicas no estamos preparados a sentirnos rechazados, no amados, no respetados, no valorados,… por PERSONAS a las que les hemos abierto nuestro corazón…


Santiago Peña


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4 comentarios:

  1. La transparencia y el yo mismo, muy interesante Santiago. Como población social nos cuesta abstraernos de los agentes externos como estatus, modas, etc. ¿ Es posible decir que la confianza juega un papel fundamental en la sociabilización auténtica y transparente de las personas?

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  2. Hola Mercedes.

    Sin temor a equivocarnos: ¡Sí!

    Saludos
    Santiago

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  3. Hola Santiago,
    Creo que tu articulo es insuperable.
    Su lectura me ha generado una duda:
    Podriamos considerar a la humanidad HIPOCRITA por el hecho no ser auténticos con quienes interactuamos?, es decir, si todos absolutamente todos fuesemos SOY EL QUE SOY (expresión de la autenticidad), no sería necesario valorar con quien si y con quien no serlo y mucho menos hacerselo saber, ni tampoco crear defensas. Puede que suene altruista, pero tan difícil resulta interactuar con el prójimo desde un plano armonioso, donde no haya duda ni juicio previo de si debo ser yo o no? Todo el mundo son nuestros enemigos o somos nosotros los enemigos de nosotros mismos? Después de escribir mi comentario me viene una idea: La imperfección humana es la humildad de re-conocernos a nosotros mismos en el espejo del prójimo, creo que no somos autenticos porque juzgamos a los demás incluso viéndonos reflejados en ellos y eso es doloroso para cada uno de nosotros...
    Estoy equivocada.... o no?
    Gracias
    Africa

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  4. Hola Laura.

    Te has contestado tu misma.

    En el fondo ¡todos somos unos hipócritas!

    El ser auténtico es un riesgo que, por cobardía, muy pocos estamos dispuestos (y me incluyo) a asumirlo en sociedad.

    “Transmitimos” dos grandes pecados inherentes de la persona incompleta (la gran mayoría de todos nosotros): hipocresía y cobardía; el no sabio.

    Somos hipócritas por miedo y somos cobardes por desconocimiento de nosotros mismos y del entorno. Como tú bien dices: “no somos auténticos porque juzgamos a los demás incluso viéndonos reflejados en ellos y eso es doloroso para cada uno de nosotros...”

    Perfecta síntesis Laura.

    Recibe un cordial saludo
    Santiago

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